lunes, 27 de mayo de 2013

Raphael Orrego nos cuenta sobre su intercambio en Brasil

Siempre me ha gustado viajar, desde muy pequeño solía hacerlo con mi padre, es así que ya estando en la universidad decidí viajar a USA con el programa Work and Travel. Durante mi estadía allá conocí mucha gente buena y divertida, y ese fue el comienzo de otra gran aventura, ya que conocí a Diego Valdivia (miembro de AIESEC en Arequipa), un gran amigo que me habló mucho de AIESEC y los intercambios que realizaban, es así que decidí realizar un intercambio como participante de AIESEC ya que tenia muy buenas referencias y me di con la sorpresa que tenia amistades cercanas que pertenecían a AIESEC en la Universidad Mayor de San Marcos.

Desde mucho antes de viajar conocí a otros participantes de intercambio que irían a Chapec - Santa Catarina al igual que yo, y así pudimos coordinar nuestras llegadas y empezar grandes amistades.


El viaje fue muy largo, salimos Tatiana Baltazar y yo de Lima rumbo a Sao Paulo en un vuelo con duración de 5 horas, llegando nos dirigimos a la Rodoviaria do Tiete en la cual tomaríamos el ómnibus para Chapeco, tuvimos que esperar desde la mañana hasta las 8 pm que salía el bus, durante el día conocimos el centro de Sao Paulo, una ciudad que tiene más de 15 millones de personas, donde pudimos apreciar que es una ciudad que tiene gente de distintas clases sociales, podíamos observar gente con autos Cadillac y en la otra cara de la moneda gente pidiendo limosna al pie de las iglesias, aquel día almorzamos buffet y honestamente nos sentimos estafados porque pagamos bastante y comimos poco, sin embargo aun emocionados por la nueva experiencia seguimos caminando en todo el centro, observando tiendas, comparando precios, hasta que llego la hora de partir rumbo a Chapeco, la señorita que nos atendió nos dijo que serian 14 horas de viaje, sin embargo fueron 17 largas horas, cuando llegamos a Chapeco no había nadie esperándonos, empezamos a intentar llamar a miembros de AIESEC, y después de 2 horas llegaron a la Rodoviaria de Chapecó mis Host (cabe resaltar que nadie se preocupó por Tatiana), con un Cartel inmenso que decía Raphael Bem-vindo!! , fue emocionante ser recibido tan amablemente por gente que es completamente desconocida, pero que en el futuro llegarían a ser tu familia. Aquel día Tatiana y yo nos quedamos en casa de mis Host, la familia Stulp Canal, quedamos impresionados por el recibimiento de la familia Stulp, nos agradó la casa que tenia todas las comodidades y sobre todo el clima acogedor que simplemente no se puede describir con simples palabras.


el comité local de Chapecó demoró algunos días en conseguir Host a Tatiana, y ella estuvo conmigo esos días, hasta que se trasladó a casa de Naiara Vizzoto, quien se convirtió en gran amiga nuestra, ya que al ser una Host joven al igual que nosotros, compartimos muchas de reuniones en su casa, juegos, fiesta, entre otras cosas, nos abrió las puertas a nuevas y grandes amistades.

Una vez que todos los intercambistas estuvimos en Chapecó, empezamos a desarrollar el proyecto Gira Mundo, el cual tenia como objetivo principal desarrollar actividades con los miembros de las distintas ONGs en las cuales les mostrábamos la cultura peruana (comida típica, bailes típicos, música, actualidad política, económica, en general hablar todo sobre nuestro país); también realizábamos juegos como Charada, veíamos películas, y lo mas importante les dábamos charlas motivacionales para que ellos mejoren sus vidas. Durante las 6 semanas que duro el proyecto estuvimos 2 semanas en un Asilo donde aprendí a jugar dominó, donde nos divertimos con los adultos mayores, enseñándoles a pintar, mostrándoles la cultura peruana y sobre todo interactuando con ellos para que realicen sus actividades diarias y algunas extras que nosotros les dábamos, las otras 4 semanas estuvimos en CETER, un centro donde se trata el alcoholismo y la drogadicción, fue acá donde realizamos mas actividades y formamos muchas amistades con los internos, que quedaron impresionados de la cultura peruana y sobre todo quedaron convencidos que pueden cambiar sus vidas, ellos dieron testimonios de mejora y sobre todo compartieron con nosotros cosas de su vida personal, es así que llegamos a un nivel de confianza para proponerles mejoras, consejos ya como amigos y no como simples voluntarios.


A la par que realizábamos el proyecto, cada voluntario vivía su propia experiencia con sus anfitriones, ya que el anfitrión para mi juega un papel muy importante durante el intercambio, ya que te abren las puertas a sus demás familiares, a sus amistades y es así como vas formando un grupo de amigos que en la totalidad de los casos son amistades que duraran por siempre, podría escribir miles de hojas contando las distintas experiencias que pasamos con Ademar Stulp, Iolanda Stulp y con Stefany Stulp; que los considero como mis hermanos y siempre quedaré muy agradecido por todo lo brindado, recuerdo las salidas con Ademar y sus amigos, las tardes de piscina y las noches de fiesta, los consejos de Geraldo y Loni (Padres de Ademar, Iolanda y Stefany), son experiencias que quedan para la vida.


También miembros de AIESEC realizaban actividades en la cual todos participábamos, cabe resaltar que Pahola Cassol fue la AIESECa que mas apoyó nos dio, ella junto a su equipo, encargado de intercambios entrantes allá, nos dieron la bienvenida, nos incentivaron a una integración entre todos los intercambistas, Colombianos, Peruanos, Chilenos, Australianos, de Hong Kong, malayos, entre otros, amistades que nunca olvidaré y que con algunos de ellos ya tenemos planes para un reencuentro en Colombia y Perú. 



También realicé viajes durante mi estadía en Brasil, viajes en los cuales conocí muchos amigos, comenzando con Itapirangá, ciudad donde pase navidad con la familia Stulp Canal, también gracias a Ademar conocí Planalto, y Ametista do Sul. Fueron 4 días de diversión donde aprendí a bailar música Gaucha, y conocí gente muy linda. El siguiente viaje fue un poco más largo donde tuve la oportunidad de conocer una maravilla de ingeniera moderna (la represa hidroeléctrica de ItaipuúBinacional) y una maravilla natural (las cataratas de Iguazú), aquel viaje lo realizamos colombianos, brasileños y peruanos, experiencia donde quedé impactado una vez más por la naturaleza. Ya al final de mi viaje decidí realizar mi última aventura, donde ya casi sin dinero viaje a Rio de Janeiro junto a Tatiana y otras dos grandes amigas, conocimos las playas, el Cristo redentor y el jardín Botanico, fue algo loco ya que dormimos en la rodoviaria y después en un hotel para mochileros donde conocimos argentinos, chilenos y gente de todo el mundo, al final decidimos volver ya a Sao Paulo donde durante un dia conocimos el Parque Ibirapuera donde nos perdimos y al final todos nos encontramos en la rodoviaria (historia enredada y graciosa), así fue como llegamos al final del viaje con nuevas amistades, con promesas de volver y sobre todo de incentivar a nuestros amigos que pronto estarán en Perú para conocerlo y mostrarles todo el potencial de nuestro hermoso país.



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